Cuando uno entrena para ganar fuerza o hipertrofia debe enfocar varios aspectos correctamente para lograr sus objetivos: nutrición, entrenamientos, el descanso de los músculos implicados junto al sistema nervioso.
Pero si nos centramos en la fuerza, ésta no proviene únicamente del tamaño de los músculos, la generación de fuerza depende de varios aspectos y mecanismos de adaptación.
Fuerza y repetición máxima
En las ciencias del deporte se suele definir la fuerza como la cantidad de fuerza que podemos ejercer durante una contracción isométrica. Una contracción isométrica es cuando los músculos se contraen pero no se realiza movimiento pese a mantener esa contracción.
Un ejemplo de contracción isométrica sería mantener nuestro peso suspendido en el aire usando nuestros brazos en fondos en paralela. Existe contracción muscular pero sin movernos hacía arriba o abajo como suele ser lo habitual en las paralelas.
Muchos culturistas y levantadores de potencia conocen el término “1 repetición máxima” (abreviado a 1RM) que es la cantidad de peso máximo que podemos levantar en un ejercicio sin perder la correcta técnica de ejecución y siendo incapaces de realizar una segunda repetición correctamente.
En base a ese valor de 1RM (considerado como el 100% de “nuestra fuerza” o carga máxima) se realizarán los ejercicios a una intensidad (un % determinado de la carga máxima normalmente entre el 50% y el 90%) además de fijar las series y repeticiones. Tanto la intensidad como el número de repeticiones y series se fijarán para un objetivo en particular normalmente fuerza, hipertrofia o resistencia.
¿Qué nos hace más fuertes?
-El tamaño de los músculos (concretamente el área transversal del músculo).
-Los receptores musculares.
-El sistema nervioso.
-Los receptores musculares.
-El sistema nervioso.
Nuestra 1RM es proporcional al área transversal del músculo (concretamente de su tamaño) sin embargo también existe dependencia del sistema nervioso tanto a nivel de sistema nervioso central (SNC) como de los nervios del propio músculo. Lo que comúnmente se llama “eficiencia del sistema nervioso”. Por último los receptores musculares también imponen límites y mejoras.
Si se tiene un SNC eficiente pero se tiene un área transversal pequeña la fuerza máxima será inferior a quien lo tenga entrenado pero al mismo tiempo tenga músculos grandes. Lo mismo pasa al revés: una persona con músculos grandes pero un sistema nervioso poco entrenado estará lejos de su máximo potencial. Es decir una persona con músculos más grandes no es más fuerte que otra con menos músculo: es potencialmente más fuerte.
Otra adaptación al ejercicio que sufre el cuerpo respecto el SNC incluye el aumento y regulación del reclutamiento de fibras tipo II y mejor sincronía entre los distintos músculos implicados. Por dar un paralelismo es como el cambios de marchas de nuestro coche: de poco nos sirve tener un motor de 180cv si no podemos ponerlo en quinta…
Por último los receptores musculares (a destacar el Órgano tendinoso de Golgi) pueden limitar la fuerza. Aunque nuestros músculos pudieran levantar 200kg este y otros receptores pueden “decidir” que la carga es demasiado alta y, por tanto, limitar la producción de fuerza para que no podamos levantarla al considerarla peligrosa para nuestro cuerpo.
Otro receptor habitual son los husos musculares que sus tarea van desde inhibir los músculos antagonistas para poder centrar la producción de fuerza en los músculos implicados a aumentar la fuerza provocando el efecto miotático durante el estiramiento del músculo.
El motivo de que los novatos ganen fuerza inicialmente a gran velocidad mientras que quien lleva años progresa mucho más lentamente. La mejora del SNC y su adaptación al trabajo con cargas es al principio un gran limitador.
Que un levantador de potencia, pesando menos (a menudo bastante menos) que un culturista pueda levantar pesos similares o incluso superiores.
Que podamos elegir, hasta cierto punto, entre entrenar “fuerza” o entrenar “hipertrofia”.
Que un levantador de potencia, pesando menos (a menudo bastante menos) que un culturista pueda levantar pesos similares o incluso superiores.
Que podamos elegir, hasta cierto punto, entre entrenar “fuerza” o entrenar “hipertrofia”.
Fuente de Vida Férrea (Armonth)
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